Una encuesta sobre productividad del Institute for Corporate Productivity indica que el 76% de las empresas relacionan un buen liderazgo con el crecimiento de la productividad de la compañía.
El liderazgo es una pieza fundamental que hoy cobra mayor relevancia en los resultados que las compañías buscan obtener en términos de productividad, rentabilidad y competitividad. Un buen líder es capaz de gestionar de forma tal que su equipo logre el máximo de sus objetivos. Uno de los importantes es la mejora de la productividad.
La ausencia de buenos líderes puede llevar a las empresas a la peor situación, o en el mejor de los casos, a no aprovechar todos los recursos disponibles para su mejor funcionamiento. Como resultado tenemos reducción de productividad.
¿Qué competencias necesitas para ser un líder productivo?
- Establecer objetivos claros y contundentes. Un líder debe tener en claro qué quiere lograr; por qué lo quiere lograr, cómo lo va a lograr y cómo lo va a medir. Todo ello con la finalidad de poder comunícaselos a sus colaboradores y alinear la estrategia de trabajo.
- Ser empático. El líder es el coach de su equipo de trabajo y para ello debe estar atento a las herramientas que necesita cada persona para alcanzar sus objetivos. Entender a los demás y potenciar sus sensaciones dentro del equipo se vuelve una necesidad.
- Saber escuchar activamente. Un buen líder está consciente de que todos los que trabajan en su equipo son diferentes. Entender que cada persona es diferente y que sus pensamientos, emociones y forma de ver el mundo son distintas, es fundamental para generar y dirigir acciones.
- Dar feedback y reconocimiento. Tomarse el trabajo de reconocer el trabajo bien hecho es una herramienta poderosa y que genera valor en los líderes. Cuando hay reconocimiento y feedback en un grupo, se fomenta un clima de confianza y crecimiento profesional. Ello contribuye a aumentar la productividad de los equipos.
- Comunicación asertiva. La falta de comunicación es la responsable del fracaso de muchas operaciones en las compañías. Los líderes deben mantener una comunicación asertiva con sus equipos para lograr el resultado deseado.
- Generar confianza. La habilidad para lograr confianza en los colaboradores es una de las capacidades esenciales que todo buen líder debe desarrollar. Más aún en estos tiempos de crisis y cambios permanentes.
- Saber delegar. Un líder no puede hacer todo solo. Pensar esto es algo irreal. Un buen líder necesita dejar solos y confiar en sus colaboradores para que el trabajo en equipo sea eficiente.
- Establecer estrategias para una vida equilibrada. Un líder debe asegurarse de que su equipo sea capaz de encontrar un buen equilibrio entre su trabajo y su vida personal o social. Aquellas personas que logran un correcto balance pueden aumentar su productividad a grandes niveles.
- Aprendizaje continuo. El aprendizaje nunca está de más, sobre todo, aprender de los mismos integrantes del equipo. Tiene que existir un intercambio que potencie el desarrollo tanto de líderes como de colaboradores. Un buen líder necesita escuchar a los demás para crecer profesionalmente.
- Evolucionar hacia la figura del Líder Coach: Ser líder coach supone el gran desafío de cambiar el modelo antiguo de liderazgo, de decir el «qué y el cómo», por un nuevo modelo de pregunta y escucha, proponiendo el «qué», y que el «cómo» lo decida el equipo. Según investigaciones realizadas en 2010 por los autores Zenger y Stinnett publicadas en su libro El Coach Extraordinario, implementar el estilo de coaching en el liderazgo, trae beneficios como colaboradores más motivados, comprometidos y mayor productividad. Los líderes que utilizan el coaching como estilo de liderazgo, empoderan a sus equipos y pueden focalizarse más en lo estratégico y menos en lo operativo”
No pierdas de vista
Un buen líder tiene que estar a la vanguardia de su entorno, y en el caso de no ser capaz de ello, se enfrentará con una dura realidad.
Los nuevos paradigmas y la constante complejidad a la cual estamos readaptándonos, hacen que los lideres deban desarrollar competencias que demandan nuevos aprendizajes y desafíos.Por lo tanto, esas transformaciones impactarán en los resultados personales, profesionales y en la productividad organizacional.
Pero no todo es negativo, porque aunque es complejo, también es una oportunidad para crecer y desarrollarse como un líder versátil de una nueva generación. Una acostumbrada a los cambios y que no le teme a los desafíos y a la incertidumbre.