La palabra japonesa Ikigai no tiene una traducción precisa al español. Sin embargo, podría entenderse como aquello por lo que merece la pena vivir. Según los nipones, todas las personas albergan uno o varios deseos y motivaciones profundas, aunque todavía no lo sepan.

En términos empresariales, podemos decir que el propósito es la razón de ser de la organización, es su Ikigai. Este refleja las motivaciones ideales de las personas que trabajan en la empresa. es el alma de la organización. Es importante no confundir el propósito con las metas o los objetivos. Estos solo son vehículos necesarios para lograr el propósito.

Clave para desarrollar tu propósito

El Ikigai es un concepto que implica equilibrio y desarrollo profesional. Está íntimamente ligado a la realización y al desarrollo personal. Si queremos saber cuál es nuestro Ikigai debemos realizar una introspección profunda en cuatro aspectos:

  1. Lo que nos gusta hacer: lo que verdaderamente disfrutamos y que seguramente lo podríamos hacer todos los días sin aburrirnos.
  2. Lo que somos buenos haciendo: enmarca nuestros talentos y habilidades, nuestras fortalezas frente a los demás.
  3. Por lo que nos pueden pagar: ese talento o fortaleza que tenemos y podemos competir en el mercado.
  4. Lo que el mundo necesita: el valor que le agregamos a la comunidad y a los demás.

En el centro de la ilustración que se puede ver arriba, en la intersección, es donde se encuentra nuestro ikigai. Condensa aquello que nos motiva y da sentido a nuestras vidas. Solo si tenemos claro a dónde queremos ir, podremos trabajarlo y desarrollarlo.

Los estudios dicen que los colaboradores con propósito disfrutan sus tareas, lo hacen con energía y compromiso. Además, se sienten vinculados en mayor medida a la compañía donde trabajan. Cuando se agrega valor a las personas, el negocio se vuelve productivo y económicamente alcanza el éxito.

5 claves para fomentar el Ikigai en tu empresa

  1. Comunicación abierta: ser transparente e informar sobre lo que se hace es importante para que los miembros del equipo sientan que forman parte de un proyecto común. Escuchar las opiniones y fomentar la participación.
  2. Definir objetivos comunes: las metas deben ser coherentes y compartidas por el equipo.
  3. Compartir logros y realizar actividades que fomenten nuestros valores: esto ayudará a fomentar la confianza y el sentido de pertenencia en el equipo de trabajo.
  4. Interactuar con los miembros del equipo: la empatía y optimismo va a contribuir a generar un buen ambiente para conocer mejor al equipo, con sus fortalezas y debilidades, así como sus motivaciones.
  5. Crear una ambiente sano: motivar y reconocer el trabajo del equipo les dará confianza y motivación al desarrollar sus funciones.

Sin duda, trabajar en la construcción del propósito nos ayudará a tomar mejores decisiones y a motivar a los colaboradores. Como resultado, facilitará que los miembros de un equipo encuentren el suyo. Se logrará así, mejorar el rendimiento global, el compromiso, la cohesión, la empatía y el buen humor.

Gustavo Calette

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